O & Y…y lo de ser o no ser!

Algunas personas me han dicho que mi visión del mundo es demasiado-optimista-y-poco-realista. Por supuesto, remarcando lo de poco-realista, y añadían…¿cómo puedes ser optimista cuando hay hambre, dolor, violencia…?...

Hay que ver, cómo si el optimismo estuviese reñido con la realidad, ¿y eso quién lo dice? ¿Acaso la realidad no lo abarca todo, incluso la esperanza?  Pero, no quiero despistarte. Hoy el tema es otro, la extendida costumbre de haber de ser «esto O aquello»

Seguro que te viene a la memoria el sinfín de normas que nos inculcan respecto a cómo hacer, pensar, hablar y comportarse  basculando entre el «así O asa». Y esa  O está en los ámbitos más dispares. Poco importa si se trata de arte, espiritualidad e incluso divertimento. Y así crecemos.

No sé tú, en mi caso  fue un continuo balanceo entre ser buena o mala… lista o tonta… simpática o antipática… humilde o vanidosa… rápida o lenta. Un perpetuo O. Y cuanta energía invertida en mantener una de las polaridades. Es decir, en pensar, hacer y decir aquello que me convertía en buena, lista, simpática…agotador!. Y un buen día, cansada de hacer equilibrios con mis polaridades, dije ¡se acabo! Poco recuerdo de cómo paso, simplemente me dí cuenta que yo no era una sola cosa, y menos «eso O aquello»,  era, soy «eso Y aquello». Y te cuento un secreto?…que liberación!!!

La conjunción «O» tiene su utilidad, por supuesto, pero no es esta. Saberse ambas cosas, reconocerse ambas cosas, permitirse ambas cosas no siempre es fácil. La costumbre es persistente y la sociedad tiende a la etiqueta pero cuando dejas de bascular y empiezas a columpiarte…¡alehop, se obra el milagro! Empiezas a aceptarte y quererte, y por extensión a los demás también, con sus «y». Eso no quiere decir que todo te valga, es simplemente que aceptas incluso cuando no te vale…y te alejas o lo integras, aquí la O sí cumple con su función, según tu elección. 

Por eso, hoy y desde aquí, reivindico la «Y», y te animo a abrazar tus cosas buenas y menos buenas. Te animo a integrar todos tus «Y»  y a valorar que eres la suma única de todos ellos. Porque abrazas tu sombra Y tu Luz brilla.

Practica el «Y», y observa que pasa en ti, en tus relaciones, en tu vida. 

¿Te abrazas?

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies