La semana pasada, mientras tomaba algo en una cafeteria, oí parte de una conversación que me atrapó. Yo estaba a lo mío, sin prestar atención al rumor general, cuando algo captó mi atención e hizo que me fijase en las dos mujeres que ocupaban la mesa de al lado. Tendrían unos 60 y pico años, y hablaban de sus familias. Una de ellas juraba que lo hacía todo por la familia de su hijo, a la vez que se quejaba abiertamente de su nuera. Noté como se le crispaba la voz explicando lo que le había dicho la-muy-desagradecida: «Menos hacerlo por nosotrxs y más hazlo por ti«.
No lo pude evitar, se me escapó una sonrisa. Estaba presenciando un episodio en directo del ancestral conflicto suegra-nuera.
Más hazlo por ti.
Me resultaba difícil, sin toda la información, saber si la nuera tenía realmente un comportamiento desagradecido o si era el resultado de una conducta metomentodo de la suegra. Aunque, bien mirado, que más daba. Luego, me vino a la mente como hoy en día, en muchos hogares, lxs abuelxs se han vuelto el comodín de algunxs hijxs con vidas demasiado apretadas en tiempo y recursos. Y que igual que hay abuelxs que están más que encantadxs con eso, hay otrxs que lo están bastante menos.
Una frase enredada a las neuronas.
Después volví a lo mío, o lo intenté, pero continuaba pensando en la contestación de la nuera. Breve y contundente. Le daba vueltas a la frase en sí que, aunque exenta de tacto, encerraba gran generosidad. Fuese esa o no la intención de la desagradecida-nuera.
¿Lo hago por ti o lo hago por mi?
Por supuesto, hay momentos en la vida que exigen postergar lo que unx quiere y anteponer lo que otrx necesita, y sobre eso poco hay que comentar.
Pero, si eres de lxs que antepone siempre al otrx, presta atención. Pregúntate si estás utilizando tu entrega como excusa para esquivar enfrentarte a lo que tú de verdad quieres y necesitas. Un pretexto inconsciente que te aleja de dedicarte tiempo, energía y atención.
Hacer por otrxs para evitar hacer por ti.
Si no es así, y tu balance sale equilibrado, te doy la enhorabuena porque, cómo ya he mencionado en otro post, aquello que haces por lxs demás también lo haces por ti.
Me encanta lo que dices, es exactamente una reflaxión que tengo pendiente, difícil reflexionar para l@s que siempre «hacemos», primero deberé aprender a mirar hacia dentro y a partir de ahí espero saber verme con sinceridad, eso estaría muy bien! Gracias Alicia!!
Hola Marta.
Sí, tod@s tenemos «asignaturas pendientes». Y cuando se resuelva una, aparece otra. Es así como evolucionamos.
Algunas personas deben aprender a pasar a la acción y otras detenerse en la reflexión. Sea cual sea la «materia de examen», el primer paso siempre es tomar conciencia. Y quizá, con suerte, consigamos aprobar a la primera y no haber de examinarnos de nuevo.
De nuevo gracias a ti por tus palabras, afecto y apoyo. Siempres ves mi luz.
Un sentido abrazo.