Hoy es el día de las 25 horas, esta pasada madrugada se cambiaba el reloj. Oficialmente ha empezado el horario de invierno y, aunque parece que casi nadie está contentx con esta medida, ¡es lo que hay!
¿Has notado que últimamente se usa mucho esta expresión?…¡es lo que hay!
Seguro que sí, quizá incluso la has utilizado y todo. Yo al menos sí. Ya sabes qué pasa cuando se pone una expresión de moda, no sabes cuándo ni quién ni dónde se te enganchó pero la acabas usando también. Es parecido a que se te meta una melodía en la cabeza que, aunque no sepas qué canción es, la canturreas sin parar.
El caso es que «es lo que hay» se usa casi siempre, por no decir siempre, como cierre en conversaciones que hablan de situaciones “incambiables”…un trabajo que no te satisface pero necesitas, una persona que te trata injustamente pero soportas por parentesco o circunstancias,… es decir, una situación X acompañada de un «pero».
Pero, y aquí lo uso con toda la intención, ¿son realmente las circunstancias incambiables?
¡Haberlas haylas! Pero volviendo a la expresión, haber nos habla de deber, convenir o necesitar. Y lo debido, convenido y necesitado cambia con la vida, las circunstancias y el tiempo. Hoy hay esto, y mañana puede haber lo otro.
«Es lo que hay» expresa resignación, y con la palabra, la forma de hablar, te programas para ello. Y, a mi entender, de lo que se trata es de aceptación y no de resignación. Además, quizá la expresión más correcta sería…¡es lo que es!…y añadiría, por ahora. Porque incluso hasta «lo que es» es sensible de ser modificado por el incontenible cambio…¿y no es ese uno de los encantos de la vida?… que cambia.
La única constante es el cambio.
De nuevo, te recuerdo lo importante que es la actitud. Es decisiva a la hora de vivir incluso las situaciones más difíciles.
No lo dudes, acepta por ahora lo que es…y, si no te gusta, da un paso hacia el cambio.
¿Quieres dar el siguiente paso?